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Presentación
Andrés Figueroa Cornejo
Julio 23 de 2011

“Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento.”
(Fragmento del Discurso ante la tumba de Marx de Federico Engels realizado en 1883)

“Acumulación de Capital en Chile: crisis y desarrollo, últimos 40 años” es, sobre cualquier otro evento, un indicador inteligente y decisivo de la recomposición paulatina del movimiento real y la lucha de clases en el país.
Marcelo Cornejo Vilches, profesor y joven, revolucionario y felizmente obsesivo, es hijo de la clase mayoritaria, es un diamante de lo mejor de la clase sin herencia, de los explotados y oprimidos. Pero sobre todo, es un intelectual orgánico que ha hecho de su práctica discursiva y su quehacer combatiente y teórico (maderas de la misma lucha) su forma de desenvolverse en el territorio adverso y contradictorio de la vanguardia capitalista mundial.
Mordiendo tiempo imposible al descanso, la recreación y la vida privada, y luego de 10 años de labor fructuosa e insobornable, Marcelo hoy pone entre nosotros una obra de proyecciones, debate y porvenir. Concentrado el joven- viejo topo, como también urgente en la hora de la lucha material, el autor del texto de casi 500 páginas realiza un análisis radical concreto de la realidad concreta de las formas en que el capitalismo ha sembrado su hegemonía en Chile durante las últimas cuatro décadas.
En una entrevista que tuve el privilegio de hacerle, le consulte sobre los objetivos del texto. Marcelo, sencillo y profundo, me contestó que es “Reposicionar la comprensión de la historia a partir de la lucha de clases. El problema central es: ¿cómo explicar que desde el siglo XIX y en el largo plazo se ha constatado una tendencia a la caída de la tasa de ganancia. Y sin embargo, a partir de la década de 1970, dentro de esa misma tendencia de largo aliento, se ha producido una coyuntura de alrededor de 25 años en que la tasa de ganancia tiende a repuntar en el corto plazo, produciéndose un aumento de la masa y tasa de ganancia en relación a los salarios?, ¿cómo explicar la convergencia de tasas y masas de ganancias en una misma dirección?, ¿cómo explicar el aumento del consumo en un contexto de detrimento de la disminución de la masa de salarios en relación al capital?, ¿cómo explicar la intensificación de los procesos de concentración y centralización del capital y la disminución de las actividades subversivas de las clases explotadas y dominadas?, ¿cómo explicar la relación entre el fulminante desarrollo tecnológico y el aumento de la explotación al trabajo humano y la depredación feroz sobre los recursos naturales?, ¿cómo explicar la centralización a niveles exorbitantes de grandes magnitudes de capitales monopólicos y oligopólicos y la continua insistencia de grandes sectores de población por lanzar incansablemente sus pequeños capitales bajo la forma de PYMES iniciativas micro-empresariales a una voracidad de mercados ya monopolizados y desnaturalizados?”
Pero las respuestas de Marcelo Cornejo, muy lejos de la opinión arbitraria y la fraseología abultada de lugares comunes, se alimentan de fuentes y rigor, de ciencia, cifras, historia; en fin, del método implacable de la dialéctica materialista, de su espiral analítico, contrastado, renuente de la lógica formal, la propaganda, el doctrinarismo y los dogmas editados y mal digeridos.
Marcelo por medio de su obra reinaugura desde las nuevas generaciones y desde abajo, con la disciplina, las lecciones históricas, las fuentes accesibles y junto a los pensadores y hacedores más luminosos de la emancipación humana, una tradición rota. Se trata de la facultad nuclear del pueblo, su audacia, su cabeza atada al corazón, su voluntad de victoria. El capitalismo entonces pierde su expresión fenoménica de fatalidad y se convierte en lo que es: un modo de producción en particular y determinado de relaciones sociales y de poder, que contiene en su propio seno las condiciones de su superación.
Marcelo Cornejo se ha quemado las pestañas en la generosidad de ofrecer la vida –que siempre es tiempo y agua- para edificar una obra primera. Porque, más allá de las discusiones que provoque, los acuerdos y las interpretaciones, no hay duda de que la juventud del autor depara al acervo liberador de Chile y el mundo más producciones. El profesor es inagotable. De él tenemos noticias frecuentes, como por ejemplo, sus recientes aportes a las luchas concretas del movimiento estudiantil que sacuden al país estos días y que, a fuerza de represión estatal, intenta ser mitigado con palo y duro y celda y criminalización.
“Acumulación de Capital en Chile: crisis y desarrollo, últimos 40 años” llega justo en los momentos en que el reflujo del movimiento popular comienza, inexorablemente para el puñado de poderosos que todavía ordena el naipe, a perder caída y, de la mano con la juventud –como resulta histórico en Chile-, retorna por sus fueros. Una vez más, es la vida misma, las contradicciones de un modo de producción agónico, pero no vencido, la que recrea las leyes de hierro de la lucha de clases. Es cierto. El crepúsculo del capitalismo retardará su hundimiento definitivo hasta cuando los trabajadores y pueblos del mundo tomen la iniciativa y por fin edifiquen sus nuevas conducciones políticas de acero, con proyecto y fuerzas contundentes y propias, de acuerdo a las condiciones contemporáneas impuestas por el imperialismo y las clases dominantes. Pero no es menos cierto que sin aportes sustantivos como la investigación que tienen ante sus ojos, es decir sin teoría revolucionaria, ese derrotero lleno de incertidumbres y oscilaciones, se torna más distante. Lo que hace Marcelo, entonces, es contribuir a crear y blindar esa lámpara colectiva, social e históricamente necesaria para terminar mañana con los pocos privilegiados y los tantos humillados, terminar con la apropiación privada del excedente socialmente producido, para que sea el conjunto total de la población la que lo organice, socialice la riqueza por ella misma producida, y dirija el porvenir.
Con Engels podemos decir, que la lucha es tu elemento, Marcelo. Tu trabajo vale la promesa de la libertad y la igualdad.
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