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En este 18 de enero de 2011, con la convicción de haber luchado por el pueblo de Magallanes, su Asamblea Ciudadana declara a toda la comunidad regional, nacional e internacional que este movimiento social ha logrado colocar en el centro de la discusión las condiciones y estilo de vida de la gente que habita la tierra más austral de América, demostrando la legitimidad de la mantención de los valores del gas, un bien que en esta tierra se vuelve de vital importancia y necesidad para la población, dadas las condiciones climáticas y ambientales. Tan vital como el agua.
De la genuina demanda por el No Alza del Gas, con este histórico proceso avanzamos hacia dos aspectos claves para el desarrollo regional: la necesidad de buscar nuevas y renovadas fuentes para alimentar la matriz energética y la robusta y urgente solicitud de la ciudadanía de romper el centralismo, que impide que el país de valor a sus regiones y sus actores locales, quienes tienen tanto que decir respecto a la formación de un Chile Nuevo, más plural, más diverso, más participativo, más humano, más democrático, más optimista, más feliz.

En estos días, que el tiempo tildará de legendarios, el convencimiento de lo obrado en esta causa regional, hace que las horas de sueño que han sido escasas, que los rostros de mujeres y hombres que han sido víctima del cansancio, que las voces desgastadas por el júbilo y el canto, que los niños que han esperado noche a noche la llegaba de su madre, la mayoría sin éxito porque se encontraba resguardando el puesto, estén amparadas por la justicia de este proceso.
En lo puntual hemos logrado dejar Sin Alza del Gas a 18 mil hogares magallánicos, firmando un protocolo de acuerdo con el Ministro de Energía, que compromete la creación de una mesa de trabajo técnico político. Esta medida beneficiará a los sectores más necesitados, con la entrega de 3 mil compensaciones por un valor anual de $ 108.000, que sin duda son los que con más urgencia requieren de un apoyo estatal. Esta medida alcanzará también a los sectores medios con la entrega de 15 mil compensaciones. El resto de las familias magallánicas pagarán un 3 % de gas, medida impuesta por el Gobierno a pesar del rotundo No de la Asamblea Ciudadana de Magallanes y que durante las últimas semanas se expresó con una fortaleza pocas veces vista en el territorio austral. Es importante destacar que en la región el número de hogares es de 45 mil, por lo tanto esta medida cubre a un 40 % de las familias magallánicas.

Por lo mismo, agradecer a hombres y mujeres que atendieron sin cuestión el llamado de esta organización social, ocupando prácticamente toda la región, desde el Paso Don Guillermo en la comuna de Torres del Paine hasta Dorotea. Desde Punta Delgada hasta Barranco Amarillo y Aeropuerto, donde se produjeron tensos y intensos bloqueos de carretera. Desde el Paso San Sebastián en Tierra del Fuego hasta Bahía Chilota, y por supuesto el heroico trabajo realizado en Bahía Azul impidiendo el cruce en primera Angostura.
Agradecerles también a las familias magallánicas por su acción en calles y avenidas de Punta Arenas, Puerto Natales y Porvenir, alcanzando por días la preocupación de la autoridad. Especial mención merece el cruce de avenida Frei y Ruta 9 donde se concentró cada día la mayor cantidad de nuestra comunidad, produciéndose naturalmente muchas manifestaciones y convivencias que marcarán profundamente el acceso a la capital Regional.
Todas esas grandiosas muestras descubren las fortalezas de la Asamblea Ciudadana de Magallanes, donde la comunidad encuentra con decisión un espacio donde expresar los derechos de la ciudadanía.
Justamente esos son los derechos vulnerados por el Gobierno de Sebastián Piñera al sacar a las calles a sus fuerzas especiales y al aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado. Esta Actitud del Ejecutivo es repudiable, sobre todo cuando en todo Magallanes no se rompió un solo vidrio de una casa particular, no se rayó una consigna en los servicios públicos. Esta actitud del Gobierno de Piñera, así tal cual debe ser denunciada más allá de estas fronteras, donde se dé clara cuenta que la imagen país afectada no es la impresión que se lleva los turistas que visitan estas zonas, por el contrario es el argumento de la fuerza, que prima por sobre la razón, sobre todo cuando se evita el diálogo.
En esa línea, se manifestó el Gobierno Regional quien se mostró inútil a la hora de controlar la ciudad y que a la hora de hacerlo sólo supo de represalias y amedrentamiento policiales. Esos son los 7 días sin Gobierno, Desgobierno que aún opera, mientras las autoridades escogidas sean incapaces de comprender las demandas del tejido social.
Una vez más rechazamos el comportamiento equívoco de organismos como la Confederación de la Producción y el Comercio, AGIA y el Sindicato de Dueños de Camiones, quienes quedan expuestos al juicio de la opinión pública, por su ausencia en este histórico movimiento.
Del mismo modo, nos conduce a la perplejidad y profunda molestia la indefinición de los alcaldes Vladimiro Mimica, Fernando Paredes y el Concejal Emilio Boccazzi, quienes a lo largo de este movimiento social realizaron acrobacias y volteretas, que se ajustan ni más ni menos que al cálculo electoral, lejos de las razones de bien mayor que esgrimieron frente a la ciudadanía. En su momento la ciudadanía dirá lo suyo.
Este movimiento ciudadano por la No Alza del Gas que ya forma parte de la crónica histórica de Magallanes, aún cuando cabe reconocer que estamos lejos de dimensionar sus verdaderos efectos, revitaliza a la comunidad, por lo que la Asamblea Ciudadana de Magallanes espera continuar representando los intereses de la población.
Estamos seguros que la unidad de las juntas de vecinos, organizaciones, gremios y sindicatos de los más diversos rubros son el capital más preciado para continuar impulsando la fuerza social de nuevos movimientos ciudadanos, que exijan a los gobiernos impulsar el desarrollo de una sociedad verdaderamente democrática.
A partir de este proceso ni “nosotros” seremos los mismos, ni los “otros” nos mirarán del mismo modo. Estamos seguros que esta revolución pacífica y legítima ocasionará cambios sustanciales en la identidad del magallánico, profundizando en su carácter amable, carismático y orgulloso de su tierra.
Por último, la Asamblea Ciudadana de Magallanes, defensora de los derechos humanos y de la vida, expresa su mayor sentimiento hacia Melisa Silva, Claudia Castillo y sus familias, quienes son la piedra mártir de este movimiento que ha sembrado una semilla en la tierra fértil de la conciencia ciudadana de los magallánicos.

Punta Arenas, verano de 2011

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