Conservación Marina está desarrollando a través del programa Explora Conycit  un  proyecto que  permite que  niños y niñas de  las escuelas básicas de Curiñanco, Los Molinos, Niebla, Corral y Chaihuín  reflexionen sobre la relación del ser humano y el mar, utilizando como herramienta investigativa la indagación etnográfica de las prácticas y significados de  los ecosistemas marinos costeros a través de la historia reciente del territorio.

Con este fin realizó durante el primer semestre de 2014, múltiples talleres introductorios con los niños y niñas de estos establecimientos, para que conozcan y comprendan la presencia e importancia de los pueblos originarios en América Latina, así como sus aportes a nuestra alimentación. Otro aspecto importante que ha desarrollado es un acercamiento al conocimiento ancestral que posee el pueblo mapuche lafkenche en su territorio.

 

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De historias, niños y gredas de Chaihuin

 

Para llegar a Chaihuín, localidad de la comuna de Corral, distante 50 kilómetros de Valdivia, hay que pasar por un trasbordador que une Niebla con Corral. Luego desde este Puerto Chipeador hay que recorrer casi 30 kilómetros por la costa de la Selva Valdiviana para llegar a la desembocadura del río Chaihuín, donde se encuentra la Escuela Municipal.

Llegar a esta localidad en algún momento debió ser una aventura, sobretodo al llegar a la desembocadura del río y  ver en la bahía los Colmillos de Chaihuín: Dos rocas gigantescas que son golpeadas por el Océano Pacífico desde tiempos inmemoriales. También fue conocida por la sobre explotación forestal de Alerces milenarios desde que, en la época de la colonia,  se convirtiera en un recurso estratégico para la construcción y la navegación.

Cabe destacar que en las proximidades de esta localidad se emplaza el Parque Nacional de Alerce Costero, el primero creado en la Región de los ríos y el área protegida privada Reserva Costera Valdiviana, creado en 2005 por un consorcio de organizaciones nacionales e internacionales de conservación, liderado por The Nature Conservancy (TNC) y World Wildlife Fund (WWF), que adquieren las propiedades del fundo Chaihuín y el fundo Venecia tras la quiebra de la empresa maderera Bosques S.A.

Al frente de la Escuela Municipal de Chaihuín una garza común y un martín pescador  dialogan con el río, mientras un buzo mariscador da una encarnizada batalla por hacer funcionar un compresor.

Ese día, el mal tiempo ha salido corriendo, y un sol ilumina toda las ventanas del comedor de la Escuela, donde  niños y niñas, apoderados y apoderados, profesoras y la directora del establecimiento, junto a Ximena Rosales y Natalia Barría de ONG Conservación Marina se reúnen en torno a un diaporama  en el cual se muestran fotografías antiguas de habitantes de  la localidad y se conversa respecto a las historias de Chaihuín.

Converso con los niños y niñas respecto a que les ha parecido trabajar con la greda, que ha sido una de las actividades de los talleres introductorios en esta localidad. Me cuentan que han hecho figuras, utensilios como pasteles de choclos y que lo encuentran entretenido:

“Uno puede hacer figuras que con otros materiales no se puede, ya que no queda duro. Con mis amigas siempre jugamos hacer comidas y echamos pasto en estos utensilios. La greda me gustó por que es típico de acá y por que antes,  con la mano se escarbaba y los antiguos sacaban greda y hacían sus utensilios” nos explica Renata.

Otro chiquillo nos explica que él está al cuidado de los utensilios, para que otros niños no desarmen el trabajo de sus amigas que exponen a un costado de la escuela.

Pero el acercamiento no es tan solo material y concreto, también existe dentro de esta experiencia de acercamiento de los niños y niñas de la escuela Chaihuín la posibilidad de acercarse  a la historia de su localidad, al poder compartir con historiadores autodidactas como don Danilo González.

“Chaihuín significa donde se hacen los canastos en mapunzungun. El fundo Chaihuín, ya estaba cuando llegaron nuestros antepasados.” Indica González, mientras los niños y niñas, y apoderadas, profesoras y la directora  de la Escuela de Chaihuín, Clara García;  empiezan a conversar- en una media luna- sobre la historia de la localidad, mientras se comparten galletas, kuchen y calzones rotos.

Los niños y niñas empiezan a escuchar de Danilo González el relato de la caída del Puente:

“Estábamos en esta misma sala, era  1975. Rafael Aguayo, vivía mirando la ventana. El profe Barrera estaba explicándonos  algo frente a la pizarra. Rafael como pasaba mirando la ventana, entonces dijo que el puente se estaba cayendo y nadie le hizo caso hasta que sentimos un tremendo tortazo. Claro había pasado un camión a toda velocidad manejado por el “Loco Colo Colo” y luego, mas atrás,  otro más lento. A medida que iba pasando el camión el puente se iba desarmando, hasta que en la mitad se cayó todo, camión incluido. ¡Así que fuimos testigos claves de la caída del puente! De ahí terminó la explotación forestal de Alerce”. 

Cuando García termina el relato muchos de los niños empiezan a mirar por la ventana, y a imaginar, quizás,  como fue la cara del por entonces  estudiante Aguayo al  ver caer un puente con camión y carga al río.

 

Etnografía de la Mar: el Proyecto y sus alcances

 

Conversamos con Natalia Barría, antropóloga y coordinadora del proyecto, quien nos explicó  los objetivos del taller:

“La particularidad del proyecto  Etnografía de la Mar busca acercar a las Ciencias Sociales a los estudiantes de quinto a sexto básico, el proyecto está centrado en realizar 20 jornadas de trabajo y  5 de esas sesiones indagar respecto a los pueblos originarios y el poblamiento americano. En una segunda parte los niños y niñas deben investigar respecto a la gastronomía, el trabajo y la producción, las artesanías y a las historias y leyendas de los territorios donde se emplazan sus escuelas”

Una vez finalizada esta segunda parte de investigación los niños y niñas de las escuelas debieran desarrollar videos o diarios murales, así como materiales  que se expongan en una feria final en la que se reúnan las experiencias de investigación de las cinco escuelas.

“Se vuelve necesario en la idea de trabajar con la identidad de los niños y niñas, pues muchas veces desde estas escuelas costeras, los niños y niñas deben emigrar a otros lugares y finalmente es importante generar esa raíz, ese arraigo al lugar a la historia y a la identidad; permite sentirte orgulloso  de donde uno viene, independiente hacia donde vayas o te dirijas. Conocer sobre la historia de tu lugar es súper importante rescatarla para que entiendan los procesos que ahí se viven”. Nos explica Natalia barría respecto a los alcances de Etnografía de la Mar”.

Durante el segundo semestre de 2014, los niños y niñas podrán indagar en la presencia mapuche en el territorio, en el auge y caída de la industrialización del Puerto de Corral, la explotación forestal del Alerce; la creación de reservas naturales, los aspectos culturales y su interrelación con los bienes comunes del territorio como la pesca, la recolección de orilla y el trabajo de mar.

Natalia Barría nos explicó finalmente como se imagina a los niños y niñas luego de pasar por esta experiencia de utilizar herramientas de las Ciencias Sociales para conocer su territorio:

“Me gusta imaginar que los niños y niñas conocen mas de sus localidades y que pueden visualizar que cosas en común tienen con otros niños de otras localidades costeras. También importante es que desarrollen esta inquietud por investigar de lo que sucede en sus territorios y que conozcan a personas que están vinculadas a la historia de su localidad”.

 

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