Organizaciones sociales, artistas y ex militantes se reunieron en el Cerro Mariposa para homenajear a Aracely Romo Álvarez y Pablo Vergara Toledo, militantes del MIR hallados muertos tras una explosión en 1988, un hecho que permanece abierto en la memoria histórica nacional.

El 29 de noviembre, en el Cerro Mariposa de Temuco, se realizó una jornada de conmemoración a 37 años de la caída de Aracely Romo Álvarez y Pablo Vergara Toledo, militantes del MIR asesinados en 1988. La actividad reunió a organizaciones culturales, excombatientes y diversas colectividades que llegaron al Sitio de Memoria Cerro Mariposa, para compartir un almuerzo comunitario, conversatorios y presentaciones artísticas, en un ejercicio de memoria activa, orientado a recordar sus historias y convicciones, manteniendo vigente su presencia en el territorio.

Aracely Romo Álvarez y Pablo Vergara Toledo fueron encontrados muertos el 5 de noviembre de 1988 en el Cerro Mariposa, en los últimos años de la dictadura militar. Si bien el caso no cuenta con una resolución judicial definitiva, su contexto se inscribe dentro del patrón de violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas durante el régimen, ampliamente documentadas por la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. Según los criterios del Informe Rettig se establece que: “La Comisión consideró como víctimas de violación de los derechos humanos a aquellas personas que murieron a manos de agentes del Estado o de personas a su servicio” (Informe Rettig, Tomo I)1, criterio que orientó el reconocimiento institucional de miles de crímenes cometidos entre 1973 y 1990.

Hoy, más de treinta y cinco años después, el caso de Aracely Romo y Pablo Vergara permanece en una zona gris, sin verdad judicial plena ni responsabilidades esclarecidas ante la muerte de ambos militantes. Existen testimonios, archivos y memoria comunitarias que cuestionan la versión oficial de 1988; entre ellos, los registros del archivo histórico del MIR, que documenta: “El 5 de Noviembre de 1988, alrededor de las 21:00 hrs, en el Cerro Mariposa, fueron asesinados Aracely Romo y Pablo Vergara, militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria” 2. En medio de ese vacío institucional, el Cerro Mariposa sigue siendo un lugar de encuentro para quienes cada año mantienen viva su memoria en la ciudad.

Durante la conmemoración se incorporó el testimonio de Jorge Durán, ex militante del MIR e integrante del destacamento guerrillero Toqui Lautaro en Neltume, cuya trayectoria estuvo marcada por la clandestinidad, el exilio y los repliegues tras la represión. Durán situó la muerte de Aracely Romo y Pablo Vergara en el clima político de fines de los años ochenta, cuando el país transitaba desde el plebiscito de 1988 hacia un escenario electoral que, según sostiene, no garantizaba una democratización real.

“Esto que ocurrió aquí con Pablo y Aracely es la consecuencia de aquellos que siempre creyeron de que esto era una farsa, de que había una transición pactada (…) una realidad que nos llevó a lo que hoy día estamos viviendo y sufriendo, lo que es el neoliberalismo(…) Yo creo que lejos están los eventos electorales de ser el fiel reflejo de una democracia, porque las elecciones están colmadas de mucho dinero. Ese dinero que el Estado, con nuestros propios impuestos, le paga a toda esta parafernalia electoral, no es otra cosa que lo que era antes cuando la política era pagada por los empresarios (…) Eso no ha cambiado, solamente cambió de escenario.”, indica.

En la jornada también participó Janis Quinchavil. En su intervención destacó que la memoria no se sostiene solo en el recuerdo, sino que se construye en la acción y en lo colectivo, como tejido vivo que atraviesa generaciones. Valoró la fuerza de quienes han mantenido el sitio activo y subrayó la responsabilidad de continuar honrando a Aracely y Pablo en el presente, para alcanzar el küme mongen, una vida digna para todas las vidas del territorio.

“Hoy nos hemos reunido acá en este espacio de memoria colectiva, en especial, de la reivindicación de la vida de Aracely y Pablo en el contexto de sus acciones de resistencia en Temuco. Para mí es importante estar aquí y traer también la memoria familiar que me precede. La memoria se construye en lo colectivo, en la acción, y todo espacio que ayude a mantenerla viva es muy relevante para nuestras historias”., comenta.

Por su parte, Catalina Díaz Castro, integrante del Circo Comunitario Disper.cia, valoró el encuentro como un espacio donde el arte actúa como herramienta de transformación y acompañamiento político. Señaló que sostener estas actividades no solo mantiene viva la memoria de Aracely y Pablo, sino que invita a pensarla en movimiento, como ejercicio cotidiano y no únicamente conmemorativo. Desde la emoción del momento, destacó la importancia de construir memoria desde el cuerpo, el territorio y la creación artística.

“Nos convocamos aquí porque creemos que el arte es una herramienta de lucha, transformadora y liberadora. Estos sitios de memoria llaman a hacer memoria activa, algo vivo y cotidiano, no solo cuando pasan ciertas cosas. Aguante la memoria desde el arte, la cultura y los territorios”, expresa.

El encuentro en el Cerro Mariposa no fue solo un acto para recordar, sino también una toma de posición frente a la memoria como derecho y territorio vivo. En tiempos donde la historia reciente vuelve a tensionarse en el debate público, sostener el nombre de Aracely Romo y Pablo Vergara es sostener la dignidad de su historia y reconocer que hubo proyectos y convicciones que no caben en el olvido.

  1. Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación ↩︎
  2. https://www.archivochile.com/Memorial/caidos_mir/V/vergara_toledo_pablo.pdf
    https://www.archivochile.com/Memorial/caidos_mir/R/romo_alvarez_aracely.pdf ↩︎