Un terremoto grado 8,8 en la escala richter, sacudió en la madrugada del sábado 27 de febrero, la zona centro sur de Chile, afectando profundamente desde Valparaíso hasta la región de la Araucanía.  A las 3:34 de la mañana medio Chile despertó en el pánico y el caos de un terremoto que se posiciona como uno de los más violentos en la historia nacional dentro de los últimos 100 años.El sismo, de más de un minuto de duración ha cortado las comunicaciones al interior del país, y ha causado numerosos daños en la vialidad terrestre, el tránsito aéreo y construcciones en ciudades como Curicó, Talca, Concepción, Chillán, Temuco, entre otras.

Se han cuantificado más de 700 víctimas fatales, y un número indeterminado de desaparecidos en las zonas más afectadas. Se estima que hay más dos millones de hogares dañados o destruidos.

Asimismo, se produjeron tsunamis en la costa de la región del Maule y del Biobio, ocasionando cuantiosas pérdidas de vidas, viviendas y daños incalculables en la población. Aún no hay un cálculo de las víctimas, pero se siguen encontrando cuerpos entre el barro y los escombros de las construcciones.

Hospitales en el suelo, territorios aislados y más de dos millones de damnificados es el saldo que deja este movimiento telúrico, del cual aún no se tiene una real dimensión de los daños.

El gobierno ha decretado zona de catástrofe en las regiones afectadas y hay toque de queda en las regiones del Maule y del Biobío que rige a partir de las 21:00 horas de este domingo, y hasta la 06:00 del lunes.

El caos social se ha manifestado en pánico, saqueos y desórdenes.  Las autoridades han reconocido los errores frente a la alerta de tsunami que no se dió a tiempo por parte de la armada, y en las descordinaciones en la entrega rápida de ayuda para los sectores que se mantienen sin acceso a servicios básicos y sin alimentos.

Noticia en desarrollo…

Juan Ortega
ECO
Educación y Comunicaciones
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