Julio César Riffo Figueroa, Rigo; era obrero maderero, también originario de Neltume; casado y padre de un hijo. Tenia 30 años de edad.

Rene Bravo Aguilera (“OSCAR”) y Julio Riffo Figueroa (“RIGO”) son dos compañeros con lo que forme parte del destacamento Guerrillero Toqui Lautaro del MIR, que fueron apresados por carabineros en Malalhue el 28 de agosto de 1981 , mientras trataban de contactarse con compañeros de la Dirección Sur, que en medio de la arremetida del ejército en la cordillera de la Provincia de Valdivia, luego de su detención, fueron trasladados por la CNI a Santiago, donde fueron torturados, para luego ser traídos de vuelta al sur y ser asesinados por la dictadura militar el 21 de septiembre de 1981, en las proximidades de Liquiñe, en la cordilleras de Panguipulli, en la provincia de Valdivia.
René Eduardo Bravo Aguilera, Oscar; era obrero maderero; originario de Neltume; casado, padre de 3 hijos. Tenía 25 años de edad. El “sordo” acarreaba siempre pequeños problemas físicos. Su paso por la tortura y la cárcel le había causado daño a un oído, por lo que usualmente debía girar un poco la cabeza para poder oír bien con su oído bueno. De allí también viene el apelativo de Sordo con que le llamábamos. Pero además sufría de ulceras y dolores de espalda, que a pesar de innumerables exámenes médicos ( sobre todo durante su exilio en Holanda) nunca pudieron determinar sus causas.
Era amante del folklore chileno, andino y latinoamericano. Andaba siempre tarareando canciones, o solía citar partes de letras de canciones para argumentar o zanjar discusiones, o para intervenir en conversas con un espíritu jocoso. El Sordo era esencialmente un tipo alegre.
Julio César Riffo Figueroa, Rigo; era obrero maderero, también originario de Neltume; casado y padre de un hijo. Tenia 30 años de edad. El Rigo era el palomilla del grupo, alegre y dicharachero, bueno para la talla. Andaba con la risa a flor de labios, y provocaba la risa con mucha facilidad. Era también un hombre sencillo y humilde. Su gran aspiración para luego de la victoria era llegar a ser el chofer del ‘Comandante en jefe de la Revolución’, y punto. Encontraba que eso era bacán, que lo iba a pasar pulento, que iba a estar siempre donde las papas queman.Vino desde el exilio en Holanda.

René Eduardo Bravo Aguilera, Oscar; era obrero maderero; originario de Neltume; casado, padre de 3 hijos. Tenía 25 años de edad.

Un puente y un bastón de coligüe
Desde lo más personal, podría yo contar que a ambos compañeros los conocí en Holanda el año 1979 en el marco de la política de Retorno al Frente impulsada por el MIR. Compartimos un par de reuniones formales convocadas por Paine, y nos reencontraremos posteriormente en la escuela de Instrucción Política Militar previo al ingreso a Chile.
Para graficar la dimensión humana de estos queridos compañeros relataré dos episodios vividos junto a Oscar y Rigo en la lucha que se dio en las cordilleras de Panguipulli en ese invierno de 1981.
El primero, y que tiene como protagonista a Oscar, sucede cuando veníamos bajando al llano y nos vimos en la obligación de tener que cruzar un puente con una ubicación demasiado estratégica, por lo que, lo más seguro, es que estuviera controlado por los militares desplegados en la zona.
Oscar, jefe de la Patrulla, nos reúne y nos dice:
“Compañeros, yo pasaré primero y si no hay control, no habrá tiros y por tanto uds podrán pasar con toda seguridad. Ahora, si escuchan tiros, ustedes deben buscar la forma de continuar con la misión encomendada…”
Le hicimos saber que la disciplina militar establece que el Jefe es el que tiene que asegurar el cumplimiento de la misión y por tanto no debe exponerse teniendo más alternativas. Dijo saberlo muy bien pero que como Jefe esa era su decisión y lo puso en práctica. Nos quedamos esperando el acontecer de su valerosa acción y felizmente no hubo tiros. Pasamos todos y rápidamente le damos alcance y nos abrazamos a manera de reconocimiento a su gesto heroico y de correspondencia a un gran combatiente.
Algo parecido sucede con Rigo. Mientras nos trasladábamos en dirección a Coñaripe por el camino carretero que en ese tiempo estaba ripiado. Pedro, que tiene heridas en sus pies, se apoya en un bastón de coligue que recogió por ahí y que al caminar provoca bastante ruidos al chocar con las piedras. Esto le provoca mucha rabia a Rigo porque piensa que alguien pudiera escucharnos. Por esto se acerca en varias ocasiones a él para reprenderlo y exigirle que lo bote. Pedro no le hace caso. Luego de un largo rato de marcha, Oscar ordena detenernos para un necesario descanso. Conversamos sobre la necesidad de seguir avanzando con mucho sigilo por la existencia de varias casas por los alrededores. Rigo está amurrado y no participa de la conversa. Retomamos la marcha y a Rigo se le destina como último hombre de la Retaguardia. Nos ponemos en movimiento y a Pedro se le olvida su bastón. Luego de un rato de caminata Rigo se adelanta hasta donde va Pedro y le dice: “toma huacho, se te quedó tu bastón…”
De esta madera estaban hechos nuestros inolvidables compañeros.

A partir de la Detección y Copamiento del Campamento del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro del MIR en junio de 1981, una de las principales tareas que se plantea el Mando, encabezado por el compañero Paine, es retomar contacto con el Partido en el llano. En ese primer momento, producto de la sorpresiva irrupción del enemigo, estamos separados en dos grupos por lo que no se dispone de muchos combatientes para asumir las tareas propias de una fuerza acosada y perseguida por una gran cantidad de militares que cuentan a su favor la sorpresa y gran cantidad de pertrechos con apoyo aéreo a su favor por lo que se decide encomendar esta delicada y muy importante misión enviar solo a dos compañeros al llano. La responsabilidad recae en los compañeros José y Moisés. El primero se dirigirá a Santiago con el fin de buscar contactos con compañeros que él conoce y que pudieran llevarlo a contactar algún miembro de la Dirección. Sur y su misión será, a partir de antiguos conocidos y de pasado mirista en Malleco y Cautín, conformar una Base de Apoyo que en el caso de no fructificar lo de Santiago, sirva para socorrer al grupo en la montaña.
Luego de intensas conversaciones con Paine, en lo particular, y con todo el grupo en general, se acuerda la fecha y hora de partida. Se comienza con los preparativos del viaje lo que considera, entre otras cosas, compartir la ropa más apropiada y en condiciones para no llamar la atención durante el viaje y un buen aseo personal considerando que no se cuenta con nada de nada para estos menesteres. Llega la hora de la partida, estamos dentro del “Tatú del 25”, Paine repasa los elementos propios de la importancia de la tarea cuando escuchamos una voz de ultratumba que dice: “Cabros, ¿están ahí?, somos nosotros…” Sorpresa total: Paine ordena tomar los fusiles y pasar bala. Se vuelve a escuchar la voz. “Somos nosotros…”. “Los pueden traer los milicos”, dice Pablo. Se ordena a José que se asome para ver qué sucede y puede comprobar que allí se encuentran Hugo con el Camilo, que forman parte del otro grupo. Sale Paine a conversar con ellos y luego entran todos al tatú y luego de los abrazos nos cuentan que los otros compañeros están por ahí en los alrededores.
Dada la nueva situación presentada, se suspende la misión al llano, recomponer el Destacamento y generar una nueva misión de manera de asegurar el éxito de la tarea. Se conforma una patrulla que estará integrada por 5 combatientes:
-Oscar y Rigo, quienes apoyaran la bajada para luego volver a la montaña e informar del estado de la misión asumida.
-José y Pedro, viajan a Santiago para intentar contactar al Partido.
-Moisés, manteniendo la tarea asignada en la primera misión. El Jefe de la patrulla será el compañero Oscar.
La patrulla baja con toda normalidad, sin antes sortear variados inconvenientes producto de la presencia de militares que aún se mantienen en la zona en labores de observación, principalmente. Llegados a los alrededores de Malalhue, cerca de Lanco, donde se quedan Oscar y Rigo a la espera de que Moisés vuelva de Temuco con algunos alimentos y remedios para su regreso a la montaña e informar del éxito de la misión, en esa primera etapa. Se acuerda un Punto de Encuentro en el puente que existe a la entrada de Lanco, dos días después de la separación. Moisés llega al lugar indicado a la hora convenida pero los compañeros, sorpresivamente, no llegan. Moisés se entera de un comentario que existe en Lanco y que habla de la detención de dos personas y que al parecer habrían intentado arrancar.
Moisés vuelve a Temuco para volver al día siguiente pensando en encontrarles. Los compañeros no aparecen y se detecta movimientos de agentes de la CNI en la zona. Moisés decide viajar de inmediato a Santiago para reunirse con José y Pedro e informar de lo sucedido.
Con el pasar del tiempo nos pudimos enterar que los compañeros habían sido apresados por Carabineros de Malalhue, el día 28 de agosto de 1981. Luego que un campesino denunciara la presencia de nuestros compañeros después que abandonaron su casa donde habían pasado a pedir comida. Carabineros los entrega a la CNI de Valdivia y luego serán llevados a Santiago donde serán sometidos a las más crueles torturas imaginables, según reconoce un miembro de este organismo represivo a un compañero mirista que se encuentra detenido en uno de sus cuarteles clandestinos. Le dice: “Si alguna vez nos tienen que acusar de torturas debería ser por lo que le hicimos a los dos de Neltume…” .
Posteriormente se les lleva de vuelta a las montañas de Neltume donde, en el marco de la operación represiva y de exterminio montada contra los miembros del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, son asesinados por la espalda en las cercanías de Liquiñe el 21 de septiembre de 1981. Los compañeros descansan hoy en el cementerio público de Valdivia.
HONOR Y GLORIA PARA LOS COMPAÑEROS OSCAR Y RIGO…!!!
(Relato hecho por Moisés, sobreviviente del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro)
AGOSTO 2020.-