por Guillermo Correa

La Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM)  fue quien impulsó la iniciativa para fijar el 30 de agosto como el “Día Internacional de las y los Detenidos Desaparecidos”, lo que se concretó en la Asamblea General de la Naciones Unidas en diciembre del año 2010.  

La desaparición forzada de personas es uno de los crímenes de lesa humanidad más abominables, ya que representa un acto de crueldad permanente que nos muestra, día a día, los rostros de las detenidas y los detenidos desaparecidos, ya sea en pancartas levantadas clamando justicia, como también en las fotografías colocadas junto a los corazones de sus familiares, exigiendo justicia y saber ¿DÓNDE ESTÁN?

Esta búsqueda interminable convierte la consigna “NUNCA MÁS” en solo una aspiración, ya que al no encontrar a las y los Detenidos Desaparecidos, la falta de verdad y justicia hacen que la impunidad continúe mostrándose con toda su crudeza.

La imagen de los detenidos y las detenidas desaparecidas ha quedado suspendida en el tiempo, mostrándonos de manera permanente sus rostros juveniles, momento en que sus vidas fueron brutalmente congeladas por la bestialidad dictatorial.

Sus familiares, compañeros y compañeras, amigos y amigas, han continuado adelante su caminar de dolor y lucha portando en alto la bandera del ¿DÓNDE ESTÁN?, exigiendo verdad, justicia y castigo para los culpables. En este andar han envejecido, pero las fotografías adosadas a sus pechos o levantadas en pancartas siguen mostrando los retratos pletóricos de vida de las compañeras, compañeros y familiares que quedaron flotando con sus sueños en nuestra memoria.

A veces sucede que en algún acto de conmemoración aparece alguno de sus hijos o hijas, que debido a sus semejanzas con sus familiares los traen al presente en esa etapa juvenil en que fueron desaparecidos.

La impunidad que encierra este crimen permanente, se transforma así en un subliminal y macabro mensaje de las elites y poderosos, que nos están silenciosamente gritando que los agentes del Estado al servicio de un sistema contrario a los intereses del pueblo, actuaran represivamente de igual forma si las luchas populares llegaran a cuestionar y quisieran cambiar  las estructuras de dominación imperante.

Una muestra delo anteriormente planteado es la violenta y despiadada represión realizada por agentes del Estado chileno en contra de mujeres, hombres, muchachas y jóvenes rebeldes que han sido protagonistas de las numerosas y crecientes jornadas de movilización iniciadas con la Rebelión Popular que estalló el 18 de octubre. Volvieron a ponerse de actualidad los asesinatos, torturas, secuestros, prisioneros (as), heridos (as) y mutilados(as) oculares, dando cuenta desembozadamente de la reaparición brutal de la represión para resguardar el sistema neoliberal imperante.

Mientras no exista un cambio revolucionario que instaure un sistema de sociedad distinto, en donde el respeto de los derechos del pueblo sea la base fundamental sobre la que se cimente, el anhelado  “nunca más” seguirá siendo solo una consigna que los rostros de las y los desaparecidos nos seguirán mostrando.

La aberrante práctica de las detenciones arbitrarias, las  torturas, los asesinatos y la desaparición forzada de personas es precisamente consecuencia directa de las políticas represoras implementadas desde el Estado y sus instituciones en la defensa de los intereses de las clases dominantes, representada por la elites políticas e institucionales y por los empresarios nacionales y extranjeros, cómplices civiles que han quedado sin ninguna sanción, ya que los pocos culpables que han sido condenados pertenecen a las instituciones armadas, recibiendo en la mayoría de los casos penas irrisorias. De estos, solo algunos permanecen recluidos, ya que la mayoría de ellos han sido condenados a penas muy bajas, las que además cumplen en libertad condicional o con arresto domiciliario.

El Terrorismo de Estado implementado en Chile a partir del golpe de Estado de 1973 tiene sus bases de sustentación ideológica en la Doctrina de Seguridad Nacional y su estrategia de contrainsurgencia que define a quienes luchan por la liberación y la conquista de sus derechos, como  el “enemigo interno” que hay que neutralizar y eliminar.

Este accionar no es una exclusividad de la dictadura cívico militar chilena, sino que de todas las dictaduras que se implementaron en Latinoamérica para frenar el avance de las luchas populares.

Quisiera ejemplificar a continuación el drama permanente de las y los detenidos desaparecidos con parte del siguiente testimonio entregado en las Jornadas de Memoria realizadas por el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume y el Comité Memoria 81, en el mes de febrero de 2018.

Detalle de la fotografía facilitada por la familia

“Mi nombre es Katy, soy nieta de Domitila Curriñanco Reyes, ella tiene un hermano que es Detenido Desaparecido en Liquiñe. La historia de él es un poco dolorosa, porque quedó una fotografía en donde aparece la mitad de su rostro. Los nietos, los sobrinos, no sabemos cómo era él en su aspecto físico.  No he sabido si fue una decisión política por la que él no formó familia, entonces los únicos que podemos hacer memoria de él y de su legado, de lo que él hizo y de su lucha, somos nosotros, los nietos (…)                                                                                                                                                             

Quisiera también hacer un llamado a que las mujeres asumamos un papel más protagónico con respecto a la Memoria. Si bien las mujeres fueron las que, una vez que cayeron los compañeros, se dedicaron a buscarlos y a hacer justicia, eso no está registrado.  Lo mismo pasa con la vivencia de la mujer en los territorios.

Por lo general, en estos encuentros uno se encuentra con la historia de los hombres, en los libros uno se encuentra con la historia de los hombres y siempre se trata de enaltecer el papel que ellos jugaron tanto como trabajadores como en su papel político, pero siempre fueron las mujeres las que estaban “parando la olla” y aguantando la violencia, muchas veces también de los compañeros. Entonces, sin menospreciar el esfuerzo que ellos hicieron, hago un llamado para que nosotras podamos también recuperar nuestra historia y darle el lugar que corresponde.”

El potente e impactante testimonio de Katy, con esa imagen de una fotografía con solo la mitad del rostro del hermano de su abuela, que es un Detenido Desaparecido, grafica la brutalidad de la dictadura cívico militar y las terribles secuelas emocionales que aún permanecen sin sanar en la sociedad chilena, agravadas con la falta de verdad, justicia e impunidad imperante. Pero estos pequeños granos de arena de Memoria Viva que se suman a lo largo del territorio nacional, gracias a los familiares, colectivos y organizaciones de Derechos Humanos, nos permiten ir avanzando en completar esa imagen suspendida en el tiempo.

La única fotografía familiar donde aparece Mauricio Curiñanco

EN EL SITIO WEB MEMORIAVIVA.CL SOLO APARECE ESTA ESCUETA INFORMACIÓN:

MAURICIO SEGUNDO CURIÑANCO REYES

Rut : Sin información
F.Nacim. : 38 años de edad a la fecha de su detención
Domicilio : Liquiñe, Valdivia
E.Civil : Soltero
Actividad : Artesano carpintero
C.Repres. : Partido Socialista
F.Detenc. : 10 de octubre de 1973

Cuando le relaté esta historia al compañero NELSON PAREDES, poeta de Valparaíso, me pidió más antecedentes para escribir sobre ella. Así nació este poema que transcribo a continuación:

LA OTRA MITAD

En la mesa el editor poda mi texto

de igual forma como hace un minuto

trozaba el pollo a las brazas.

La televisión muestra una entrevista/a la nieta de un desaparecido

el único recuerdo de él es una fotografía /que los milicos rajaron

en la que quedó la mitad de su rostro.

 Termino de comer y bebo mi copa de vino

pienso en el poema tarjado y en las imágenes/que vi en la pantalla.

 El editor sonríe y limpia su manos

con la servilleta

él es parte de esta historia en la que agrego/el nombre de un carpintero

/que no permitiré que borre: Mauricio Curiñanco Reyes

Este poema lo invoca

Este poema es su luz

La otra mitad del rostro

En esta crónica quiero también traer al presente la memoria de Bernarda Rosalba Vera Contardo,  Profesora de Educación Básica de la localidad de Puerto Fuy, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y del MCR, que fue detenida en  el mes de octubre de 1973, cuando tenía 27 años, y desde ese entonces es una Detenida Desaparecida.

Fotografía de Bernarda Rosalba Vera Contardo, capturada desde la web

Durante las jornadas de conmemoración y memoria realizadas en el mes de febrero de este año en Neltume, por primera vez se mencionó su nombre en el testimonio entregado por Jorge Durán, sobreviviente y ex integrante del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, quien expresó lo siguiente:

“Yo quería rescatar a una compañera que ha sido olvidada, que ha sido no visualizada por nosotros durante todos estos años, y ella fue una de las gestoras de todo este proceso que vivimos en el período del Complejo, que fue la Bernarda Veras Contardo, profesora normalista que se vino acá a hacer política, a educar, a alfabetizar. Ella hizo clases en la Escuela Pública de Puerto Fuy. Ella fue una de las personas perseguidas y reprimida durante el año 73 y terminó asesinada con los 16 compañeros que mataron en el puente del río Toltén en Villarrica, compañeros que eran de esta zona, la mayoría mapuche y representaban a todas aquellas Comunidades que viven aquí. En aquel cerro vivían las Comunidades mapuche a la que pertenecían los compañeros que asesinaron ahí en Villarrica.”

En la página web “las historias que podemos contar”, en parte de una crónica escrita por Juan Carlos Díaz, refiriéndose a Bernarda manifiesta:

Recorrías la zona montañosa del Panguipulli, Neltume y Choshuenco, dando fuerza y aliento a los cordilleranos. Te hiciste conocida por esos lugares, Bernarda; y cuando llegó el golpe del once, estabas organizada junto a los campesinos del MCR. Entonces te acusaron de pertenecer al grupo que realizó el asalto al retén Neltume, y te buscaron intensamente por “extremista”. Desafortunadamente el diez de octubre de 1973 en la localidad de Trafún, provincia de Valdivia, lograron detenerte.

Dicen que fuiste llevada a los dos de la mañana del día 11 de octubre al puente Villarrica sobre el río Toltén y que ahí te acribillaron junto a otros compañeros que permanecen desaparecidos desde entonces. Bernarda, ya no sigues caminando por esos senderos húmedos ni enseñando de nuestra accidentada geografía a esos niños de la nieve y la montaña. Tal vez, estás mirando desde arriba las copas de esos árboles milenarios, o quizá, en el fondo de ese río donde caíste, se fundieron tus huesos con las raíces de un corcolén, que creció allí mismo donde te asesinaron.”

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso agosto 2020