por Patricio Guzmán
Socialismo revolucionario
Durante años los grandes medios de comunicación de Chile nos acostumbraron a recibir como positivas las noticias del buen posicionamiento de la economía chilena en el ranking de competividad mundial.
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Desde el punto de vista de la población trabajadora en realidad no había grandes motivos de alegría, considerado que el buen lugar alcanzado era en gran medida producto de la privatización, desregulación y flexibilidad laboral, o sea de la precarización del trabajo, la desigualdad de los ingresos, la capitalización cara y forzosa en el sistema de fondos previsionales por capitalización individual – las AFP – y la pérdida de derechos sociales garantizados, pero ahora Chile ha bajado al lugar 28 en el ranking mundial de competitividad, y la respuesta hay que encontrarla en la creciente concentración de la banca, y en el alto spread bancario[1], producto de esta concentración.
La banca chilena no traspasa, o traspasa sólo parcialmente, al grueso de sus clientes las tasas de interés privilegiadas del 0,5% anual que aplica el banco central. Aquí encontramos igualmente la explicación de la alta rentabilidad de los bancos en Chile.
Los bancos estan entre las empresas de mayor rentabilidad en el país. En el primer trimestre del año 2010, los bancos que cotizan en bolsa, y están incorporados al índice IPSA, aumentaron las utilidades medidas respecto a igual periodo en el año anterior en un 62,9%. El IPSA es el principal índice de la bolsa chilena, agrupa 40 empresas, entre ellas: Banco de Chile, BCI, Corpbanca y Santander. El primer trimestre del año 2009, esos bancos sumaron el 16% de las utilidades del IPSA, y en el mismo periodo de 2010 pasaron a representar el 25%.[2]
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Sobre ganancias con las tasas de interés.
La banca tiende a elevar las tasas de interés y ser más restrictivos, en época recesiva.Los elevados spreads bancarios reducen la competitividad del país.Según el Informe de Competitividad Mundial 2010 elaborado por el Institute for Management Development (IMD) de Suiza, la baja en el ranking de Chile (lugar 28, el más bajo en 10 años), se explica en parte por un alto spread bancario, que ubica al país en el puesto 47 del listado.El informe precisa que, en la banca local, el spread promedio es de 5.77 puntos, en comparación a 0.33 puntos, que registra el Reino Unido, que es puntero.

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Según la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, “Chile muestra uno de los niveles más bajos de spread entre las principales economías de la región, en el periodo 2000 a 2008” En el último año el mencionado diferencial chileno se compara con un 35.59% de Brasil o un 20.17% en Perú. Sólo fue superior al 5.66% de México.… bancos aplican un sobrecosto a las Pymes… por el contrario … las grandes empresas tienen los spread más competitivos del mundo.” [3]La economía chilena se ubica entre los países con el mayor spread bancario, en el Ranking de Competitividad, con un retroceso en este indicador de diez años.[4]

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Concentración de la banca.
Dos datos concretos hablan de concentración en la banca. En abril de 2010, los tres primeros bancos privados representan el 52,4% (31.3% en 1990) y los bancos son 25 (38% menos que en 1990).
En 1990, los tres bancos más grandes concentraban el 31,3% del negocio.
En 2000, los tres bancos más grandes concentraban el 39,1% del negocio, es decir un aumento de la concentración en los tres principales de 7,8% y
En Abril de 2010 los tres bancos más grandes habían pasado a controlar el 52,4% del negocio, o sea un aumento del 13,3% de la concentración en los tres más grandes bancos.La concentración también se ve claramente por la evolución del número de bancos e instituciones financieras operando en Chile. En 1981 eran 62, en 2010 son 25.“… la competencia en Chile hoy es, en gran medida, proporcionada por proveedores de crédito no bancarios, y se debe tener en cuenta los retos que esto involucra en la supervisión de dichos actores.”[5]
utilidades de los principales banco en chile
El cuadro lo elaboramos con datos de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, nótese el salto de la posición del Banco Santander del 2008 al 2009, y el retroceso porcentual de todos los otros grandes bancos, especialmente del Banco de Chile que aunque sigue siendo el segundo actor en el negocio, cayó de un 25% a un 19% de participación en las utilidades, y es ampliamente superado por el banco Santander.
En 2009 el Banco Santander obtuvo una rentabilidad sobre capital después de impuestos del 34,85%, es decir ¡en tres años este banco en Chile recupera su capital! No es extraño, que el banco chileno sea el más rentable de todo el grupo Santander en el mundo.La rentabilidad sobre capital después de impuestos, en igual periodo, de los otros bancos principales fueron; Banco de Chile 22,72%; De Crédito e Inversiones 21,86%; Corpbanca 20,34%; BBVA 16,50%.[6]
La creciente concentración, la alta desocupación, y el difícil y caro acceso al crédito se han transformado en tres problemas de la acumulación capitalista en Chile.
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Creciente concentración de la colocación del crédito.
Ámbito en el que el sector financiero es un adelantado. Cinco bancos perciben más del 80% de las utilidades del negocio.En 1990 siete bancos entregaban el 67% de las colocaciones, hoy solo cuatro concentran el 68% del financiamiento. Algunas entidades bancarias tienen tasas de rentabilidad patrimonial superiores al 30%
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Desocupación alta.
Según las cifras oficiales del INE la tasa de desempleo en el país llegó a un 9 por ciento durante el primer trimestre, enero y marzo, de 2010. Alto desempleo de los jóvenes. 20% en los jóvenes entre 15 a 19 años incorporados al mercado laboral o que pretenden hacerlo, este porcentaje llega a 27% si se consideran solamente a las mujeres.
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Reducida capacidad de las empresas de menor tamaño de aportar nuevas contrataciones de trabajadores. Falta de estabilidad, por lo que no pueden contratar ofreciendo estabilidad a los trabajadores empleados. Sin embargo, de acuerdo con Sebastián Piñera estas empresas representan el 99% de las empresas en Chile, el 60% del empleo, pero sólo el 25% de las ventas y el 2,5% de las exportaciones.Difícil acceso al Crédito.
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Escasez de crédito para las empresas de menor tamaño.
Desaparición y estancamiento de empresas más pequeñas.
En 2008 había 819.140 deudores comerciales, de ellos el 98,5% eran micro, pequeñas o medianas empresas. Pero su participación en la deuda total era apenas de 15%, mientras que el 85% del crédito lo concentraban las grandes o mega compañías.Apenas cuatro años antes, en 2004, las Pymes tenían un porcentaje de colocación de créditos del 19%. [7]
Los créditos de la banca se otorgan prioritariamente a la gran y mega empresa.Cuatro mil grandes deudores comerciales en Chile concentran el 51% del total de deudas en el sistema bancario aunque son menos del 1 por 1.000 de deudores.Los 700 mayores deudores del sistema bancario, 1 de cada 7.000, tienen el 38% del total de las deudas con un promedio de US$ 85 millones de dólares cada uno.[8]
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Una economía oligopólica
Lejos de la economía competitiva[9], pregonada por los economistas neo liberales, el sistema financiero chileno es una maquinaria de concentración oligopólica en toda la economía chilena.“La competencia perfecta es un fenómeno difícil de observar, porque uno de los puntos que se requiere es que haya perfecta sustitución entre los bienes en el mercado, pero las empresas reaccionan a esto, pues no quieren ser competitivas, ya que quieren poder de mercado para obtener mayores beneficios. Las empresas siempre andan buscando diferenciarse, y cuando lo logran son capaces de establecer un pequeño monopolio respecto de un grupo de clientes. Esto es competencia monopolística.” (Miguel Vargas, investigador Universidad Diego Portales)
Aunque los propagandistas neo liberales de las supuestas bondades de la economía capitalista insisten en que el ‘libre mercado’ es el más eficiente asignador de recursos, la realidad es que a las empresas no les interesa la competencia. Buscan su propio ‘nicho’ de mercado con productos diferenciados, acceso privilegiado al crédito, colusión de precios y a través de la concentración, para dejar fuera a los competidores y ‘fidelizar’ a los clientes, asegurándose su propio segmento monopólico. La lógica natural del capitalismo apunta hacia la mayor ineficiencia en la asignación de recursos de la ‘competencia monopolística’, y mientras menos regulación eficaz anti monopólica exista más rápido es el proceso de concentración.
“El aumento de la concentración de los sistemas financieros en el mundo es realmente preocupante. A nivel global, la preocupación actual es, principalmente acerca de las instituciones financieras que se están convirtiendo en demasiado grandes para quebrar”
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La banca está en el centro de las crisis capitalistas
La banca en Chile es un ejemplo claro de esto, pero se trata de un problema a nivel mundial.
Se supone que la banca justifica su existencia dinamizando mediante el crédito la inversión y el consumo, lo cual a su vez acelera el crecimiento y la acumulación de capital. Ahora nos encontramos con que en la realidad la banca capitalista es responsable de la caída del crecimiento global.
Cuando las autoridades dicen que los grandes bancos han alcanzado un tamaño tal, que no se pueden dejar quebrar, y para evitar supuestos males mayores, se ven obligadas a salvarlos, es decir, premiar su mala gestión y la usura, – pero tampoco aceptan la nacionalización bajo control de la sociedad – transformando sus gigantescas pérdidas privadas en deuda pública, en ello hay un chantaje implícito. Los mismos que durante décadas justificaron las privatizaciones y los recortes de presupuesto para gasto social, con el argumento que el estado era despilfarrador e ineficiente, pasaron a sostener que el estado tenía que salvarlos porque “Si los dejamos quebrar se disparará el desempleo y colapsará la economía”. Pero luego cuando la deuda y el déficit fiscal pasan la cuenta agregan que “los trabajadores están viviendo por sobre las posibilidades y hay que adoptar drásticas medidas de austeridad y flexibilidad laboral”.
Siempre es bueno recordar que fue a partir de los negocios especulativos a gran escala de la banca que comenzó la recesión global, en la que el mundo todavía se encuentra inmerso, ahora trasmutada en crisis de la deuda y del alto déficit fiscal en los países desarrollados.
Algunas de las llamadas ‘malas prácticas’ de los bancos multinacionales, como Goldman Sachs, llevaron a la quiebra a AIG, la mayor compañía aseguradora norteamericana, que debió ser salvada con dinero público. Los gobiernos griego y húngaro dieron a conocer que la situación de su déficit fiscal era mucho peor que lo que habían estado informando a sus socios de la Unión Europea, con ayuda de Goldman Sachs para ocultar partidas, y podríamos seguir con un largo etcétera de prácticas francamente delictuales.
A diferencia de lo que ocurrió en Estados Unidos y en otros países desarrollados, la banca en Chile conservó sus alta rentabilidad durante la crisis, incluso la elevó a pesar de la recesión que golpeó a la economía en 2008. Pero hay una similitud, la sobre ganancia fue a costa de subvencionarlos con dinero fiscal a tasa del 0.5 anual mientras continuaban aplicando altas tasas de interés a sus clientes amparándose en el supuesto alto riesgo.
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Notas:
[1] El Spread bancario es la diferencia entre la tasa de interés que los bancos cobran por los créditos que colocan, y el interés que pagan por el dinero que reciben.
[2] Estrategia, Lunes 8 de junio 2010. Bancos Representaron 25% de las Utilidades de las Empresas del IPSA
[3] Estrategia, Lunes 7 de junio 2010. ¿Existe competencia en la banca chilena?
[4] http://www.estrategia.cl/detalle_cifras.php?cod=3475[5] Estrategia, Lunes 7 de junio 2010. Entrevista a Winfrid Blaschke de la OCDE
[6] Información obtenida de datos de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.
[7] Estrategia, Lunes 7 de junio de 2010. ¿Venerando Monopolios?

[8] Estrategia, Martes 8 de junio de 2010. Ernesto Livacic. Distribución de deudas e Impuestos.[9] La teoría de los mercados competitivos parte del supuesto que ninguna empresa puede tener el poder de afectar el precio de mercado de un bien, que debería determinarse por la interacción de la oferta y demanda.